«La diferencia entre explorar e investigar es radical. El investigador inicia su trabajo desde partes dadas, huellas para construir una historia más completa; puede no acceder a todas partes, dependiendo de su criterio o de su propósito. El explorador confronta lo desconocido, aquello que no tiene nombre ni referentes, lo no catalogado. La posibilidad de perderse en la búsqueda es una constante. El explorador es quien traza un mapa de tierra incógnita, y que a su vez puede omitir un gran descubrimiento, ya que se guía por su instinto y no por las cartas procedentes.»
Fragmento del libro De los órdenes invisibles de Sebastian Romo