El proyecto de Híbridos tiene origen en las clases de Dibujo y Realidad, impartidas en la ESAY por el artista Rafiki Sánchez. En ellas, se propuso la creación de piezas artísticas originales de los alumnos que surgirían a partir de palabras derivadas de dos conceptos: la realidad y lo invisible.
El proceso consistió en escribir palabras relacionadas a ambos términos, separadas unas de las otras y almacenadas por el maestro. Después, cada semana se elegía al azar una palabra de cada concepto. Con esas palabras, los alumnos debíamos generar una obra que tuviera relación con alguna (o las dos) de ellas. Éramos libres de usar cualquier medio y disciplina para generar nuestra obra, que debía acompañarse con una justificación escrita.
Híbridos surgió ante el refinamiento de esta tarea, que, en mi caso, comenzó con una inquietud fotográfica unida a la intención literaria que busco explorar en mi trabajo visual.
Esto se desarrolló en las tres vertientes presentes en el proyecto: la primera serie, una imagen que contiene una fotografía arriba y un texto abajo; la segunda, reducía la importancia del texto a la relación entre la fotografía y su título; en la tercera, el texto y la fotografía conforman una misma obra, pero no en la misma imagen, manteniendo la relación intrínseca de ambas a través del título y la condición y el contenido de cada texto.
Sobre la naturaleza del texto, también ocurrió una evolución. Aunque siempre se escribieron de manera espontánea, a modo de un flujo de consciencia, en las primeras semanas los textos buscaban ser cortos y poéticos, para luego reducirse a una frase que ligaría su discurso con la imagen, y que en su etapa final se exploró la implementación lúdica de varios géneros —más bien monstruos derivados de ellos— literarios que fueron desde la narrativa de ficción hasta el epitafio.
El concepto de la hibridación fue el motor de todo el proceso, por lo que resultó natural elegirlo para nombrar la totalidad de la obra. Las aberraciones resultantes encontraron un hogar armonioso en el espacio de la literatura digital, otorgándoles un orden y un sentido que promulga el convivio de bastardos y mestizos dentro del mundo de las cosas eternas.